Cómo ahorrar en tu factura energética con pequeños gestos

La energía es un bien de primera necesidad y la usamos a diario en muchas de nuestras actividades. Pero la energía no es infinita, debemos utilizarla de la manera más eficiente posible, no solo por el ahorro económico que supone, también porque generamos un menor impacto ambiental.

La energía de origen fósil, la que se produce a partir del carbón o del petróleo o el gas es limitada y se está agotando, y además no es lo mejor para el medio ambiente.  La transición a fuentes renovables de energía es fundamental pero no va a ser suficiente. Necesitamos modificar los hábitos, cambiar el modelo, y esto no es responsabilidad solo de las grandes empresas y del gobierno; nuestra forma de consumir debe cambiar, también nuestra forma de consumir energía.  Ahorrar energía es ahorrar y proteger el planeta, nuestro hábitat. Para ahorrar energía, debemos utilizarla de forma eficiente e inteligente.

A pequeña escala, los pequeños gestos son nuestro mejor apoyo. En casa podrás lograr un ahorro energético significativo y pagarás menos por la luz y por el gas:

  • Lo primero, ajusta tu factura a tus necesidades. Tienes los datos en la misma factura ¿lo que tienes contratado se ajusta a tus necesidades, o has contratado por encima de lo que necesitas?
  • Como medida general, compra electrodomésticos con etiqueta energética A, ya que consumen mucha menos electricidad que los de categorías inferiores. Tienes diferentes opciones, placa, microndas, horno, elige la opción que mejor se ajuste a lo que vas a hacer en cada momento. Aprovecha la capacidad máxima de la lavadora y el lavavajillas y apaga los dispositivos electrónicos como los ordenadores o la televisión si no vas a usarlos en más de media hora. Tampoco los dejes en stand by, ya que puede suponer un 7% del consumo energético del hogar.
  • Aprovecha la luz natural. Es la mejor luz, además de ahorrar, te alegra y transmite optimismo. Si colocas las zonas de trabajo o de lectura cerca de las ventanas, no te hará falta encender la luz en días claros. Y por la noche, cierra las ventanas, persianas y cortinas para mantener el calor.
  • Utiliza bombillas de bajo consumo, como las LED. Consumen un 80% menos de energía que las tradicionales y tienen una duración mayor. Merece la pena gastar más por ellas porque a la larga, se nota el ahorro.
  • No cubras los radiadores. Cualquier objeto que lo obstruya (como la ropa que pones a secar o los cubre radiadores), complica la salida del aire. Las estancias no se calentarán tan rápido y la caldera tendrá que trabajar más aumentando su consumo.
  • En los días fríos, aprovecha los días soleados para templar la casa y retrasar así el encendido de la calefacción. Cuando la enciendas, ten en cuenta que con tener la vivienda a 19 grados es suficiente y cada grado de más aumenta un 7% la factura. Si tienes termostatos programables podrás gestionar el encendido y apagado de cada habitación y a determinadas horas del día, incluso desde el teléfono móvil. En casa se trata de estar cómodo, pero no como si estuvieses en la playa, viste prendas que abriguen, porque la calefacción no es para pasar calor, sino para no pasar frío.

Y tú, ¿qué medidas adoptas para contribuir al ahorro energético?

 

Fuente: Kontsumobide

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