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Klovers, empresarios antes que comerciantes.

El Código de  Comercio, texto de referencia que regula las relaciones de los comerciantes desde la ya lejana Edad Media indica en su libro primero: “De los comerciantes y del comercio en general, que serán comerciantes los que, teniendo capacidad legal para ejercer el comercio, se dedican a él habitualmente.

De una lectura más detenida de este marco legal llama profundamente la atención cómo este mismo código utiliza indistintamente los términos 'comerciante' y 'empresario'. Para ser más concretos, utiliza  el término 'comerciante' en veintisiete ocasiones y 'empresario' en veintiséis.

Esto, que en un primer momento podría dar lugar a confusión, se explica perfectamente, tanto desde una perspectiva histórica, en tanto que las primeras personas que se dedicaron a actividades empresariales de una forma organizada fueron las que desarrollaron el comercio en la Edad Media, como desde una visión más actual, puesto que las primeras no son sino una parte de las segundas, esto es, la actividad comercial es en esencia una actividad empresarial.

Esta afirmación, “el comercio es empresa”, que puede resultar una obviedad, que en ocasiones no esta suficientemente interiorizada por el sector, fruto de usos y costumbres fuertemente arraigados y en ocasiones, condicionan las decisiones diarias en la gestión de sus negocios.

Klovers empresarios antes que comerciantes.

En este contexto, Klovers se configura como una iniciativa comercial que refleja esta simbiosis entre los dos términos y en la que se lleva a cabo una gestión diaria del comercio con una óptica empresarial.

Klovers nace en enero de 2015 de la mano de Maite y Pedro que, tras más de veinte años de trayectoria profesional y empresarial en ámbitos ajenos a al comercio textil, aplicaron desde el primer momento su óptica empresarial a la puesta en marcha de una tienda de moda que fue lo que siempre les ilusionó y es donde han podido desarrollar con total libertad sus ideas.

La primera decisión fue DÓNDE establecerse, y para ello nada mejor que el barrio donde llevan residiendo dieciocho años y conocen a la perfección, Arteagabeitia.

Después había que definir QUÉ y a QUIÉN, o lo que es lo mismo, cuál iba  a ser la oferta de Klovers que la diferenciara de la oferta actual y cuál el público objetivo a quien dirigir su oferta.

Aquí lo tuvieron claro desde el principio. Se dirigen principalmente a una mujer de amplio espectro de edad (de 20 a 65 años), si bien el núcleo fundamental de su clientela se encuentra en la media de este intervalo, con un factor común, que ya no se identificaban con las grandes franquicias del mundo de la moda y buscaban una diferenciación en sus compras.

Así, y tras comprobar estadísticamente que este colectivo tenía una masa crítica suficiente en el ámbito geográfico en el que se querían establecer, decidierton articular su oferta “aplicando una imagen y estilo propio. Prácticamente todo ideado y diseñado por nosotr@s, con ideas y cambios constantes de escaparate, entrada de la tienda, con la fachada decorada con flores y terraza de verano...", en palabras de ambos.

Con respecto al producto, se inclinaron por un tipo de ropa y complementos estilo “boho chic”, cómoda para el día a día y a precio súper asequible, con marcas como Anany, Noemí, Closet, Pettegole, La Morena, Morado. En este punto, resulta reseñable destacar cómo la gestión de compras a través de mayoristas con entrega en un reducido espacio de tiempo y sin la necesidad de compromisos de compra vinculados a temporadas futuras ha conseguido minimizar los riesgos comerciales y financieros.

Pero más allá de la adecuación del producto a su publico objetivo, Klovers ha profundizado en su intento de diferenciación a través de la potenciación de la experiencia de compra. Su tienda se ha posicionado en el entorno como una tienda con encanto, diferente. A esto hay que añadir que la experiencia y formación de Maite como artesana ha permitido que además de ropa y complementos elaboren diferentes productos artesanales, como paraguas pintados, collares, pulseras y las propias bolsas de la tienda  pintadas a mano por ella.

Todo esto ha permitido que Klovers se haya convertido en un agente dinamizador de su entorno comercial a través  de la organización de diferentes eventos como catas de vino, firma de libros, desfile de modelos, mercadillos, exposiciones de fotos, etc. Asimismo, realizan aperturas de la tienda en horario no comercial “con amig@s del barrio”, para hacer “show-room” con cafecito y buen rollo.

Otro aspecto importante en el éxito de Klovers son las acciones de promoción y fidelización, de forma que han convertido su presencia en las redes sociales en una potentísima herramienta para acercar la oferta a su clientela, pero además, este contacto directo ha permitido un altísimo nivel de conocimiento mutuo y en consecuencia de fidelización, que se ha visto complementado con un instrumento mas clásico como son las tarjetas fidelización con unos sugerentes regalos.

En este objetivo de fidelización les han surgido unos inesperados y eficaces colaboradores, sus nuevas mascotas ( 2 peces ) KLO y VERS, a los que los niños y niñas visitan diariamente en compañía de sus madres para darles de comer.

En definitiva, Klovers se configura como el paradigma del nuevo comercio, que integrando rasgos de gestión del comercio tradicional, integra una visión empresarial a través del análisis de la cadena de valor en beneficio de su clientela.

Para el futuro sus planes pasan por potenciar estos valores de innovación constante, de contacto directo con su clientela, que comienza a acudir desde otros barrios de Barakaldo, lo que les convierte en un referente en el entorno de un Barakaldo comercial policéntrico.

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